martes, 7 de febrero de 2023

AENUR, LA ESPADA DEL CREPÚSCULO

 


Bienvenidos, manchadores de figuritas, amigos de los dados, merodeadores de mazmorras, y demás calaña de las redes...

Hace años, en pleno apogeo del Warhammer más clásico, muchos eran los juegos satélite que surgieron alrededor del Universo del Viejo Mundo. Uno de ellos, el juego de escaramuzas Mordheim. Permitía llevar a un tablero más pequeño y con un puñado de miniaturas por bando, toda la emoción y épica de las grandes batallas de Warhammer.

En Warhammer tenías cientos de miniaturas por bando, en unidades de 5 a 20 miniaturas, que formaban en sólidos bloques de infantería o caballería. La mayoría de las miniaturas de una unidad, si no eran iguales, eran extremadamente parecidas (como es lógico) y muchas veces de plástico. Por eso, cuando cogías soltura con los pinceles, daba gusto después de tanta tropa, pintar alguno de los héroes del ejército: miniaturas únicas de poderosos guerreros, esculpidas en glorioso Metal.


Pues bien, eso era Mordheim. Su gama de miniaturas ha sido siempre alabada, se jugaba con media docena de miniaturas por bando, y cada una era como un héroe de Warhammer, llenas de carisma, irrepetibles, y cada una con su propia historia.

Hoy vemos a uno de esos héroes. Aenur, la espada del crepúsculo.


Os voy a contar un secreto. Tengo varios ejércitos de Warhammer, vale, eso ya lo sabíais. Pero hay uno que atesoro para cuando sea mayor y sepa pintar, aún no lo he empezado. Un ejercito de Bretonia.

El ejército de Bretonia se caracteriza por estar formado casi íntegramente por caballería, pero no unidades de caballería normales, sino por caballeros andantes a la vieja usanza, cada uno con su heráldica, sus colores y blasones. Ahí un pintor se puede explayar hasta el infinito.

Para cuando sea mayor lo guardo.

Algo parecido he sentido siempre por esta miniatura.


Una miniatura preciosa, como, en un diseño en apariencia tan sencillo, cuenta tantas historias y desata tanto la imaginación.

El 90% de la miniatura, está cubierto por la capa. Lo poco que deja entrever de su cuerpo, nos sugiere, más que enseña, que no es un vagabundo normal... Sino que, como Frodo Bolsón, es más de lo que aparenta...


La amplia capa, invita a experimentar en degradados de color y detalles a mano alzada... por supuesto todo eso muy lejos de mi mediocre capacidad como pintor... tendréis que conformaros con las penosas fotos de mi teléfono...

Si os interesa, tan solo poned su nombre en google, buscad imágenes y veréis las maravillas que un buen pintor puede sacar con esta sencilla, que no simple, miniatura.


Por supuesto, esta miniatura no es fácil de conseguir. Se regaló en su día con la White Dwarf, y luego estuvo a la venta como edición limitada. Descatalogada hace milenios. Un blister sin abrir lo vi en Walapop por unos 40 euros, más envío.

Yo no quiero pagar eso por una sola miniatura... lo siento. Por eso, como en el caso del Cazador de Brujas que ya vimos AQUÍ , recurrí al re-cast. Una técnica, imagino que no del todo legal, que consiste en sacar copias de una miniatura descatalogada. No sale con toda al definición y calidad de un original. Se nota sobre todo en la cara... además mi escasa habilidad para pintar ojos no ayuda... pero bueno, para quitarme el gusanillo de pintar esta icónica miniatura, me ha servido.


En Mordheim, Aenur es un mercenario, que puede ser contratado para ayudar a nuestra banda. Aunque hay facciones para las cuales nunca trabajará, como los no-muertos y los Skavens.

Mi idea es utilizarlo para alguno de mis juegos de mazmorreo o de escaramuzas medieval-fantásticas. Por ahora en el grupo estamos dándole a los juegos de tablero... pero en breve intentaré atraerles al mundo de los juegos de miniaturas. je je je.

Si quieres saber al historia de Aenur, visita la wiki del viejo mundo: aquí.

Bueno, poquito más por hoy. Tenía esta miniatura pintada desde hace tiempo... pendiente de hacer las fotos y meterme un ratito a escribir. Como sabéis los más allegados (es decir, los cuatro lectores de este Blog) han habido cambios en mi vida laboral, que me han absorbido y no he podido prestar la atención que mis lectores merecen. Lo lamento y pido disculpas por ello...

Os voy a poner un plus de regalo, que no es gran cosa e igual no merece su propia entrada en el Blog. Sigo pintando la gran cantidad de escenografía zombi-apocalíptica que tengo. Hoy os pongo cuatro barricadas más. Bueno, dos repetidas. 





Venga, gente, hay cositas en el horno, por lo que, espero, no tardar mucho en volver a pasar por aquí.

Sed buenos... o no.


2 comentarios:

  1. Te a quedado chulo, para ser un orejudo afeminado se ve bien.

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    1. Ya te digo, no hay muchos orejudos en mi vitrina... yo soy más de barbas largas!!! Y el verde tampoco se me da mal... je je je. Pero a Aenur, le tenía ganaría!!!

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