Muy buenas de nuevo.
Volvemos con más Zombies... con los zombies pasa algo... ¡¡nunca hay suficientes!! Son lentos, torpes, fáciles de esquivar... pero incansables, casi indestructibles y terminan abrumando por su número.
En el mundo de Day Night Z, algunos zombies han mutado, obteniendo capacidades especiales. Hoy vemos un tipo de esos, los rastreadores. Han perdido los ojos... pero no los necesitan. Su oído es tan agudo, que de nada le servirían sus ojos muertos.
Bueno, aparte de conocer a mis dedazos, protagonistas en la primera parte del artículo, voy a comentar un poco con fotos como los he pintado, en concreto el uso de lavados de tinta y pincel seco, que un compañero se interesó por el tema.
Vamos...
Pues partimos de la mintiatura de la imagen. Ese es el color del plástico. Los héroes venían en blanco y todos los zombies vienen en este color verde caqui, que permite distinguir unos de otros a primera vista en el tablero. Pero mejor quedarán pintados...
Aquí, el amigo.
Lo primero, antes de coger pinturas, hay que lavar la miniatura. Un cepillo de dientes viejo y jabón normal y corriente vienen de perlas para ello. Para que el producto no se pegue en los moldes, se usan diferentes productos, yo uso aceite de bebé cuando hago moldes con masilla verde. Lo normal es que luego se limpien, pero siempre puede quedar algo de producto que puede hacer que no agarre la pintura todo lo bien que pueda. Además, si es un juego como este de tablero y hemos jugado antes de pintarlo, pues puede haber la propia grasa de las manos...
Luego la capa base, la imprimación. Es como crear el lienzo donde vamos a pintar. Se suele usar blanco, negro o gris, dependiendo de los tonos que vayamos a pintar después. Con blanco quedarán los colores más luminosos. Con negro será más oscuro y será más fácil hacer sombras, pero algunos colores, como el amarillo, cuestan un dolor pintarlos bien sobre negro. El gris es un tono más neutro, intermedio.
Pero como es un juego de tablero, que no son precisamente las miniaturas de mejor calidad del mundo, como son zombies, que tampoco tienen que quedar fetén, mejor un poco guarros, y como yo tampoco es que sea un portento de la pintura... pues voy a aprovechar la imprimación para usar el color sobre el que trabajaré luego. Usaremos...
Ya tenemos a nuestro rastreador imprimado. El tono es similar al del plástico, algo más claro.
Una costumbre que he cogido es, después de imprimar, dar un baño de tinta. Claro, cuando se imprima en negro no. Con el baño de tinta, aunque luego no se vea la tinta porque la tapemos con otras pinturas, conseguimos aumentar el contraste y ver claramente todas las zonas definidas. Veremos donde está más profundo y quedará más sombra y las partes más prominentes quedarán más iluminadas y más claras.
Vamos a seguir con la filosofía de la imprimación y vamos a hacer un lavado que nos valga para el acabado final de la miniatura. La carne muerta mola... pero mejor con un tono tumefacto, vamos a lavarlo con tinta violeta oscuro.
Nuestros amigos de Games Workshop tienen una gran cantidad de tintas (washes, lavados) de mucha calidad, y caros claro.
Ahí lo tenemos, un par de vistas de como va quedando. La tinta se deposita en las partes más profundas de la miniatura, marcando los detalles y sombreando la miniatura con un morado tumefacto, de moda en los mejores tanatorios.
Pero eso nos hace perder nuestro agradable y saludable tono verde carne muerta... para volverlo a resaltar, vamos a utilizar otra técnica básica, el pincel seco.
La técnica se llama así, porque consiste en mojar el pincel en pintura y luego secarlo en un papel, para quitar la mayor parte de la pintura del pincel, quedando este seco, pero sin limpiar, es decir, con los restos de la pintura en las cerdas.
Luego se frota suavemente la miniatura, de manera que los restos de pintura del pincel se irán depositando en las partes más prominentes de la miniatura, al contrario que la tinta, que se iba a las partes más profundas. Por eso las tintas se usan en tonos más oscuros, para dar sombras, y los pinceles secos en tonos más claros, para iluminar.
Depende el grado de pintura que queramos depositar, daremos las pasadas con el pincel más fuertes o más débiles, así lograremos que se quede más o menos pintura en la miniatura y daremos un tono más intenso o más sutil.
El pincel seco termina destrozando el pincel, por eso es recomendable guardar para ese menester pinceles más usados, que estén perdiendo su forma afilada. Aunque en el mercado hay pinceles de varios tamaños especializados para ese uso específico. No es lo mismo dar pincel seco a una pequeña miniatura que a la pared de ladrillo de un enorme castillo... para eso hay pinceles de todos los tamaños, incluso uso brochas pequeñas para las escenografías más grandes.
En este caso vamos a dar pincel seco con el mismo tono verde carne muerta que hemos usado de base.
Como pincel usaré uno específico, mi favorito en estos momentos, de The Army Painter.
Luego le pinté los cuernes, pezuñas, ojos, etc... pero eso ya lo veremos cuando termine al jinete. je je je.
Gracias por la explicación, ha sido muy ilustrativo. Ahora sólo falta conseguir que mis manazas hagan lo que mi cerebro dicta.......
ResponderEliminar